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lunes, 22 de febrero de 2010

Lunes de desgana

No tengo mejor forma de definir cómo estoy encarando hoy el día, con total desgana. Es porque he pasado un fin de semana de perros, y aun que me encuentro mejor, me fallan bastante las fuerzas.

Resulta que hay una “pasa” de esas intestinales que si la pillas te hace polvo. Y, claro está, la he pillado. El sábado me desperté a las cinco de la mañana con un dolor en el estómago terrible. Me daba unos pinchazos que me subían hacia el pecho y me bajaban hacia la parte inferior de la barriga.

Estuve rato en la cama medio encogida, porque en esa posición se me calmaba un poco. Pensé que se me pasaría, que no era nada, pero no se me pasaba. Conseguí dormir un rato, pero me volví a despertar con dolor, pero se me había cambiado de sitio, ahora lo tenía en la parte baja del abdomen.

Seguí rabiando de dolor como hasta las ocho o así hasta que me decidí a llamar a urgencias a ver si venía un médico. Me dolía muchísimo, era incapaz de levantarme y salir a la calle.

Me atendieron por teléfono, un médico me valoró y me dijo que me tomara un ibuprofeno (primero me preguntó si tenía buscapina, que yo no sabía ni lo que era, luego que si tenía nolotil y como tampoco, pues finalmente el ibuprofeno) y que si en 20 minutos seguía igual volviera a llamar.

Lo tomé y nada de nada, me seguía muriendo de dolor. No recuerdo un dolor igual nunca. Además tenía ganas de ir al baño, pero como que no acababa de aliviarme el ir. Tampoco tenía diarrea.

Volví a llamar, me dijeron que como eran casi las 9 que llamara a mi ambulatorio, que ellos me enviarían un médico. A las 9 llamé y hablé con la doctora de guardia, que por suerte era mi doctora. No podía venir hasta el mediodía, tenía lleno de visitas. Me dijo que si me animaba a acercarme. Que el ibuprofeno en un rato más me haría sentirme mejor, pero que si no iba me llamaría ella más tarde.

Finalmente me encontré mejor y fui. Me seguía doliendo, pero los ataques de dolor eran menos frecuentes.

Fue llegar y entrar, como la doctora estaba avisada, no me hizo esperar ni un minuto.

Me dijo que había una “pasa” y que el dolor eran retorcijones. Que si no tenía diarrea, que probablemente me saldría más tarde.

Me dio buscapina para el dolor y el suero por si la diarrea llegaba. Me dijo que estaba hasta las siete por si me ponía peor que la llamara.

Acertó de pleno, al rato de llegar a casa me vino la diarrea y el dolor dejó de ser tan fuerte.

Estuve todo el resto de la mañana fatal pero por la tarde empecé a estar mejor. Dejé de ir al baño cada poco rato y empecé a encontrarme bien.

Comí con ganas y me sentó bien. Estuve un poco a dieta por si acaso. Me quedé sin comer un brownie riquísimo que había hecho mi marido…

Hoy estoy bien, pero debilucha. Ya me pasó ayer, que ya no me encontraba mal pero que estaba con el cuerpo molido, como si me hubieran dado una paliza.

Bueno, a afrontar el día, aunque sea con desgana.

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1 Comments:

At 2/24/2010 09:01:00 a. m., Blogger Carla said...

¡Buenos días!
Esta semana no estoy muy prolífica... Ultimamente el trabajo me tiene algo absorbida...

Hoy tampoco hay entrada, pero intentaré que haya alguna más esta semana.

Un abrazo!

 

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